SOLO, EN CUIDADOS INTENSIVOS
Abogo por el cambio; cuando la receta de fuera o la automedicación no surge efecto positivo en el paciente, es de vital importancia corregir el medicamento o la medicación. El paciente llamado Perú padece de una enfermedad generalizada con el típico síntoma de un país tercermundista, agobiado y afligido por la corrupción, corroborado así por el análisis clínico, realizado por varios años.Nos encontramos en el estado de coma más prolongado de nuestra historia republicana, las frustradas reivindicaciones sociales, el olvido y la dejadez de algunos nuestros derechos, como la ausencia del estado en algunos estratos sociales y la implacable indiferencia confundida entre todos sus habitantes han conllevado al país; a seguir postrado, en aquella oscura habitación de cuidados intensivos.Cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar; pero no reivindicar ni mucho menos renovar la confianza a los mismos forajidos. El dilema, para el pueblo, por el pueblo; pero sin el pueblo… es la misma filosofía ortodoxa aplicada al pie de la letra por la desacreditada clase política.Saben de nuestra enfermedad, suena a ironía. Los que hoy nos proponen un cambio sin corrupción y un país distinto de los noventa, son los mismos que propagaron esta enfermedad y que llevaron a la peor de las crisis de valores de nuestro país. El entorno del renovado fujimorismo son los mismos de hace 20 años, los mismos reciclados y con cuentas pendientes con la justicia.Para al menos aplacar esta enfermedad se debe elegir la propuesta más seria y consistente que haga frente a la corrupción, un mayor énfasis en los órganos reguladores y de control del estado, una lucha impecable que comprometa desde los poderes del estado hasta el último policía “coimero”, claro pasando por los gobiernos locales. Cualquiera que infringiera o arremetiera contra la ley debe ser lapidado de por vida, no importando los cargos ni los puestos de confianza o la jerarquía que posean; autoridades, congresistas, jueces y servidores del estado deben someterse ante una riguroso ente de control y una política anticorrupción, realmente eficaz.No es acertado, hablar de lucha anticorrupción, cuando existe en tu entorno cercano sujetos con un pasado degradable, ni mucho menos cuando tienes de padre a Alberto Fujimori y un tío (Montesinos) que “reservadamente” costeaba tus estudios.Los que metieron sus enormes garras y uñas; hoy se encuentran en una situación expectante, en primera fila alistando sus valijas casi prestos a abandonar sus cárceles doradas o arrestos domiciliarios, porque si sale uno definitivamente salen todos o si no se olvidan de la lealtad al Ing. Fujimori y “boom” estalla el chupo y se desenmascaran entre “ratas”; salen más “vladivideos” del anonimato, empiezan a cacarear y alborotar el desagüe… Uno para todos y todos para uno; como buenos mosqueteros, saldrán de sus prisiones sandungueando al ritmo del baile del chino.
La mesa está servida, usted decide atragantarse o cambiar su menú diario…
La mesa está servida, usted decide atragantarse o cambiar su menú diario…
Marat…
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